Numerosos propietarios se cuestionan si es bueno dejar que el perro o el gato se suban al sofá o que incluso duerman con ellos. Esta incertidumbre viene motivada por cuestiones higiénicas, por la preocupación de que sus mascotas puedan transmitir alguna enfermedad o por el simple hecho de que este gesto pueda suponer que el animal intenta dominar a su dueño.
Por otro lado, el planteamiento de este escenario genera dudas, ya no solo al propietario, sino también al animal, que no sabe si puede o no subirse al sofá y a la cama o cuándo hacerlo dado que no termina de saber si van a regañarlo o lo van a acariciar en el momento de hacerlo.
Para abordar esta cuestión desde un punto de vista profesional, Rosana Álvarez Bueno, directora del grupo de veterinarios expertos en etología Etolia y veterinaria acreditada por la Asociación de Veterinarios Españoles de Pequeños Animales (Avepa) en Medicina del comportamiento, señala en primer lugar que permitir que los perros y gatos duerman en el sofá y en la cama que usan sus dueños no es higiénico, del mismo modo que no lo es el hecho de poner los pies en el sofá mientras uno va calzado o tocar objetos de la casa sin haberse lavado las manos previamente.
Por eso, la experta sugiere que los riesgos que implica este acto son proporcionales a los cuidados que reciba el animal, es decir, si frecuenta el veterinario, si está desparasitado tanto interna como externamente y si está vacunado, además del cepillado diario y sus correspondientes baños.
ESTRATEGIAS DE COMPORTAMIENTO
En cuanto a la incertidumbre de si este acto supone que la mascota trata de dominar a su propietario, Álvarez desmonta este mito, indicando que el perro o el gato en cuestión tan sólo trata de estar cómodo mientras está junto a su dueño.
Asimismo, la experta defiende que sea el propietario quien decida si permitir a su mascota subir al sofá y a la cama o no, pero no permitírselo a ratos, ya que Álvarez considera que esta decisión arbitraria no es justa para el animal dada la falta de previsibilidad del dueño, que termina provocándole ansiedad e incluso miedo debido a que no sabe qué va a ocurrir.
Por ello, la veterinaria recomienda hacer una señal para que la mascota sepa cuándo puede subirse al sofá o a la cama. De esta manera, el animal sabrá cuándo puede hacerlo y no estará todo el rato intentándolo, pidiéndoselo al dueño o llorando.
Y es que, según Álvarez, la comunicación con las mascotas es fundamental, ya que crear señales para todas las interacciones y ayuda a las mascotas a predecir lo que va a ocurrir en su entorno.
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